PARA EL PRESUPUESTO DEL AÑO PRÓXIMO ESTÁN PREVISTOS 400 MIL MILLONES DE PESOS PARA OBRAS DE INFRAESTRUCTURA. HOY, UOCRA TIENE 418.000 TRABAJADORES REGISTRADOS


Mauricio Macri, ante empresarios de la construcción: «Tenemos que ser la generación que termine con el problema de la vivienda en la Argentina»

En un evento que los organizadores definieron como de «cambio de paradigmas», el presidente Mauricio Macri fue ovacionado -al llegar y al retirarse- por los más de 1300 asistentes a la 65º convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción.

«Si trabajamos juntos podemos ser la generación que termine con el problema de la vivienda en la Argentina», dijo, y recordó que en nuestro país el déficit llega a un millón de viviendas, lo que «significa un desafío y una oportunidad para todos ustedes».

Acompañado por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el de Transporte, Guillermo Dietrich, repitió lo que todos en ese recinto saben muy bien: «Estamos construyendo caminos, puertos, aeropuertos, recuperando líneas ferroviarias, actualizando y ampliando la infraestructura energética, ampliando las redes de agua potable y cloacas, urbanizando casi 400 villas y asentamiento».

Al presentar al Presidente,  el titular de CAMARCO, Gustavo Weiss, se congratuló por «la salida del populismo y el regreso a Occidente, un lugar del que nunca debimos haber salido». También por el fenomenal crecimiento que llevó a un aumento de 20.3% de variación interanual entre julio de 2017 y 2016, y la inclusión de 400 mil millones de pesos para obras públicas en el Presupuesto que el Poder Ejecutivo presentó al Congreso de la Nación.

Macri estaba exultante en ese clima de euforia, dominado por un optimismo que preanuncia «una revolución de la infraestructura que vino para quedarse», como dijo Weiss en su discurso de apertura, y su propia pasión por la construcción, «una parte de mí». «Ahora soy parte de la construcción más grande en la que participé en mi vida, es esta que llevo a cabo junto a millones de argentinos», agregó.

Durante la jornada que arrancó muy temprano en el hotel Sheraton de Retiro, participaron como expositores cuatro ministros (Juan José Aranguren, Jorge Triaca, además de los mencionados Frigerio y Dietrich), el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger,el jefe de gabinete del Ministerio de Finanzas, Pablo Quirno, el titular de la Unidad de Participación Pública y Privada, José Luis Morea, la secretaria de Innovación de Calidad Educativa del Ministerio de Educación, Mercedes Miguel, y el jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad, Felipe Miguel. Ningún miembro de la Cámara consultado recordaba semejante cantidad de funcionarios en una convención anual.

Solo dos nubarrones amenazan a las más grandes empresas de la construcción. Por un lado, la lentitud con la que se está aplicando el Decreto 691 de determinación de precios, que «no está en vigencia en gran cantidad de reparticiones públicas», según dijo el presidente de la Cámara de la Construcción. Por el otro, las causas por corrupción que -además de Lázaro Báez, preso por la «Ruta del dinero K», entre otras causas- rondan a importantes empresas del sector como las socias de la brasileña Odebrecht en la Argentina (Wagner, Roggio, Iecsa), además de Chediek y Electroingeniería, por nombrar unas pocas.

A Juan Chediek, sin embargo, el Presidente lo homenajeó con una mención, al reconocer: «Ya perdí la cuenta de hace cuántos años vine por primera vez, pero no te rías, Chediek, no es porque estoy viejo, sino porque arranqué muy pibe acá».

Para curarse en salud, los empresarios de la construcción dieron un paso realmente novedoso en su historia, convocando a Laura Alonso, la titular de la Oficina de Anticorrupción, para que hable de «integridad y transparencia» en la ceremonia de apertura de la convención.

La funcionaria sorprendió con un pedido: «Vengan a mí, pueden denunciar con identidad reservada -si lo prefieren- a cualquier empleado público o político que les pida algo». Y varias veces insistió: «Hablen antes de que suceda, necesitamos saber quién es el corrupto, porque seremos implacables con él».

Antes que ella, habló el secretario general de la UOCRA, casi estrella de la 65º convención por el contraste con Juan Pablo «el Pata» Medina, de la seccional La Plata del sindicato, detenido la semana pasada por lavado de dinero y extorsión, entre varias causas. Muy cauto, Gerardo Martínez leyó la parte de su discurso donde se refirió al caso. Textualmente, dijo: «La situación es compleja, no es bueno que necesitemos de la participación de la justicia para que actué en un caso que puede configurar delito». También felicitó al juez federal Luis Armella, «por su decisión y valentía al encarar estos actos delictivos».

UOCRA tiene 418.000 afiliados registrados en este momento de alto crecimiento de la construcción en la Argentina. Según dijo Martínez, está muy cerca del récord y espera llegar a 600.000 trabajadores, cuando el plan de infraestructura esté el año próximo en su máximo despliegue.

Por cierto, ya está abierta la discusión para reducir costos laborales, «que no afecten el salario de bolsillo de los trabajadores», aseguró Weiss, para hacer más competitiva la industria, no solo extirpando las «actitudes extrasindicales de algunas seccionases de la UOCRA», sino también «para aumentar la productividad».

Media hora después de ingresar a la ceremonia de cierre, Macri se despidió diciendo: «Pensaba hablar 45 minutos más, pero sé que todos estamos apurados por ir a sufrir frente al televisor». Raudo se fue, y todos detrás de él, a ver el partido donde Argentina repetiría amargura.