EL IMPACTO DIRECTO ENTRE LA SENSACIÓN DE INCERTIDUMBRE EN EL DÍA A DÍA PUEDE LLEGAR A PROVOCAR UN DESENLACE NEGATIVO EN EL ORGANISMO. ESPECIALISTAS DE LA SALUD MENTAL OPINARON SOBRE CÓMO PREVENIR QUE ESTOS EPISODIOS TENGAN UNA REPERCUSIÓN DURADERA


Tensión económica y estrés: un combo complicado para la salud y el bienestar de las personas

Que el estrés y las preocupaciones cotidianas guardan una relación directa con la salud no es novedad. Tampoco que un factor tan importante como la incertidumbre financiera impacta de manera directa en la calidad de vida de las personas.

Sucesos como la constante suba del dólar y la devaluación del peso argentino suponen un combo peligroso para las personas que se encuentran ante un total desconcierto y a la espera de noticias.

Para la psicóloga y escritora del libro Dime cómo te llevas con tu dinero y te diré quien eres, Beatriz Goldberg, este escenario es muy peligroso para aquellas personas que son propensas al estrés crónico. «Es un suceso que nos desestabiliza y empiezan a surgir un montón de cuestiones relacionadas al ¿qué es lo que va a suceder en el futuro?».

No hay un grupo especifico al que afecte la crisis. «La crisis económica afecta a todos y a cada uno. Implica un desequilibrio emocional; el desequilibrio se produce porque hay un cambio repentino al que no estamos acostumbrados y frente a esa situación nueva es fundamental cómo responderá cada uno en este nuevo escenario», describió a Infobaela psicóloga y escritora Celia Antonini.

Sumado al estrés, recientes investigaciones realizadas en Grecia, Irlanda del Norte y la Argentina establecieron un vínculo entre el estrés psicosocial y un mayor riesgo de enfermar. La recesión y las corridas bancarias aumentan hasta seis veces las muertes por enfermedades cardíacas en los hombres de los países de ingresos altos.

Estos trabajos permitieron establecer un vínculo entre el estrés psicosocial -es decir, el que se genera a partir de la interacción social de las personas- y un mayor riesgo de enfermar. En particular, las investigaciones constataron un aumento de la morbimortalidad por causas cardiovasculares en períodos de incertidumbre financiera.

«Todas las crisis son un cambio abrupto de los escenarios que existían. La diferencia entre unos y otros va a estar dada por el tiempo que cada persona necesite para reestablecer el equilibrio en su vida», enfatizó Antonini. «El estrés va a traer consecuencias. Pueden ser ataques de pánico, el pesimismo que puede llevar a un estado de depresión, ansiedad, entre otros».

Y es que el estrés emocional que produce esta incertidumbre se asemeja al que se produce durante una discusión, una jornada laboral complicada o rendir un examen final. Esto es así porque existe una relación muy estrecha entre el estrés y las arritmias.

Las arritmias pueden ser ventriculares (aquellas que se originan en los ventrículos) –que son de alto riesgo, por lo que requieren un rápido diagnóstico–, o supraventriculares, como la fibrilación auricular, probablemente la arritmia más frecuente que suele presentarse en el momento o incrementar la frecuencia cardíaca en las ya existentes. En ambos casos se requiere la intervención de un médico y deben tratarse.

Los antecedentes del 2001

El médico e investigador del Conicet Enrique Gurfinkel fue el primero en demostrar el vínculo entre la crisis económica y la evolución de los pacientes cardíacos en hospitales argentinos.

Gurfinkel comparó el número de muertes e internaciones que hubo en el período abril de 1999-diciembre de 2001, con las registradas entre enero de 2003 y septiembre de 2004.

Los resultados mostraron que los pacientes que se internaban por problemas cardíacos se complicaron mucho más y aumentó la mortalidad durante el período de crisis en comparación con los años posteriores que se utilizaron como control.

En tanto, una publicación de la cardióloga argentina María Inés Sosa Liprandi refuerza estos datos. La especialista comparó la tasa de mortalidad cardiovascular en la Argentina entre 1995 y 2005 con los cambios en las tendencias del producto bruto interno (PBI), como indicador económico de la crisis financiera.

Teniendo en cuenta el resultado de las investigaciones, deben considerarse las crisis económicas como un claro factor de riesgo cardíaco.
Durante esos diez años de estudio, gracias a las medidas de prevención y nuevos tratamientos, el país logró bajar la mortalidad cardiovascular, pero desaceleró el descenso y cambió la tendencia cuando el país fue afectado por dos crisis económicas, la del sudeste asiático y la caída de la convertibilidad. Los cambios de tendencia coinciden con 1998 y 2002.

Estos datos no son sólo de marca nacional: se describió que las crisis bancarias aumentan hasta seis veces las muertes por enfermedadescardíacas en los hombres de los países de ingresos altos y hasta tres veces en los de ingresos bajos.

«La capacidad de resiliencia de este país es muy grande. Sin embargo, cuesta aprender y tener la capacidad de aplicar esto a la cotidianidad. Es importante no estar con pensamientos negativos, calmarse y tratar de esperar un panorama mejor», comentó Goldberg.

Ambas especialistas coincidieron en la contención que debe tener cada persona frente a estas situaciones y en la visita a un especialista ante cualquier signo prolongado de estrés.