EL COMISARIO INSPECTOR JOSÉ POTOCAR, ABOGADO Y GRADUADO DE LA ACADEMIA DEL FBI, COMANDARÁ A MÁS DE 25 MIL HOMBRES DESDE EL LUNES PRÓXIMO


Quién es el nuevo jefe de la Policía de la Ciudad

Una fuente dentro de la cartera de Seguridad porteña asegura: «Medio que fue el candidato del consenso. El tipo tiene un legajo intachable». Hoy por la mañana, luego de semanas de reuniones con Horacio Rodríguez Larreta y el ministro Martín Ocampo, el comisario inspector José Pedro Potocar se convirtió oficialmente en el jefe de la nueva Policía de la Ciudad, la suma de las 54 comisarías porteñas de la Policía Federal y efectivos de diversas divisiones como Homicidios con los seis mil hombres y mujeres de la Policía Metropolitana.

Las 54 comisarías son un terreno que Potocar conoce: fue precisamente el director de todas estas dependencias durante el último año, tras haber sido jefe de las circunscripciones I y III de la ciudad. Le toca darle órdenes a una tropa grande; Potocar comandará a más de 25 mil hombres entre federales y metropolitanos, con una cantidad significativa de recursos. En octubre pasado, el Gobierno porteño preveía dentro del presupuesto de 2017 un gasto de casi 30 mil millones de pesos, una suba del 5% al 16,5% en el gasto de seguridad para 20 mil nuevos chalecos, con más de cinco mil armas reglamentarias, entre otras inversiones.

Su mando, si no hay contratiempos, comenzará el lunes próximo, con la ley de la nueva Policía de la Ciudad, votada en noviembre pasado en la Legislatura porteña. Así, recibirá el control de la fuerza de manos del comisario general Guillermo Calviño, superintendente de Seguridad Metropolitana y jefe de la Federal traspasada durante los meses de transición.

Es un paso de mando que ocurre, apuntan fuentes tanto en el Ministerio de Seguridad como en la PFA, aparentemente en paz. Calviño accedió a dejar su silla sin conflictos ni protestas a sus superiores políticos, luego de tener una posición endurecida en privado; sabía de la llegada de Potocar al menos desde el viernes pasado. Para muchos, tanto policías como políticos, el comisario inspector de 58 años era el mejor candidato en plaza. Una voz en Cambiemos afirma: «Su nombre estuvo en danza desde siempre. Jerárquicamente era lo más lógico. Y el currículum le da».

Abogado matriculado en el Colegio porteño desde 1991 y profesor de Derecho Penal en la Universidad de Morón, Potocar fue uno de los mejores promedios de su promoción en la escuela Ramón Falcón. Se perfeccionó en Estados Unidos, con estudios en la National Academy del FBI. En sus 35 años en la PFA, el comisario general cumplió una variada cantidad de destinos, además de ser el jefe de dos circunscripciones: fue, por ejemplo, titular de la Comisaría Nº 17 en Recoleta.

Rodríguez Larreta y Ocampo no solo valoraron su currículum y un legajo higiénico sin procesamientos en la Justicia ni escándalos de corrupción, sino también el nivel de consenso positivo del cual goza Potocar entre sus colegas. Tiene, por ejemplo, buena sintonía con Néstor Roncaglia, cabeza de la Federal. Dos comisarios inspectores, oficiales de su mismo rango, coinciden: «Es un tipo intelectualmente capaz. Y tiene capacidad de mando». Otra fuente que conoce bien los mecanismos internos de la Federal apunta: «La tropa a Potocar lo respeta. Sabe manejarse bien con las segundas y terceras líneas».

Por lo pronto, las tensiones iniciales entre los efectivos de cara al traspaso están aquietadas, luego de un lanzamiento en octubre último protagonizado por Larrreta y Ocampo pero sin la presencia de ningún comisario. Hoy, los efectivos más radicalizados bajan el tono de su discurso en la baja frecuencia. La identificación de fuerza, el orgullo de ser federal y no metropolitano, fue uno de los principales factores, pero las bajas no serán muchas. Al menos tres comisarios y otros tres comisarios inspectores se acercaron a Calviño para pedir su retiro: si lo efectivizan hasta este viernes, entonces se irán como policías federales.

Uno de los 54 comisarios apunta: «No es malo que mande Potocar, para nada. Hay una gran diferencia entre lo que puede pasar y la realidad. Tiene capacidad de mando, olvidate. Lo único es que hay que verlo en el campo. Cuando tenía la circunscripción I tenía Plaza de Mayo, Congreso, toda la zona de marchas y piquetes, eso lo manejaba con mucha muñeca. Pero otra cosa es ser la cabeza de todo. Tiene mucha iniciativa, experiencia. Y no es mal tipo; es afable y educado. Lo importante es que no se lo coma la escena».

Con respecto al comienzo de la nueva Policía de la Ciudad, el mismo comisario dice: «Todas las modificaciones se van a hacer cuando arranque la nueva Policía el 1º de enero, vamos a ver si vienen los recursos. Mientras todos rememos para el mismo lado, bienvenido sea».

La trastienda política está en paz, pero Potocar, al tomar el mando de la nueva Policía, uno de los mayores intereses presidenciales con respecto a la seguridad porteña, enfrenta un esquema caliente en varios frentes. La PFA traspasada no solo realiza un promedio de 130 detenciones por día; se suma también la nueva ley de flagrancia, que exige una elevada capacidad operativa y una ola de delitos de gran alevosía, como el que sufrió Brian Aguinaco, el chico de 14 años baleado por motochorros en Flores. También, Potocar enfrenta el aumento de causas judiciales que investigan a comisarios y demás efectivos federales por colaborar con delincuentes en la venta de drogas, apoyo a secuestradores y protección a prostíbulos como el célebre «Pampita».