Por qué es bueno tomar entre 8 y 10 vasos de agua por día

El agua es, por excelencia, el líquido que acompaña toda dieta. La razón principal por la cual ayuda al descenso de peso es simple: no aporta calorías. Esto es lo que la convierte en la mejor opción en relación con cualquier otra bebida a la hora de encarar una dieta saludable.

Constituye más de las dos terceras partes del peso del cuerpo humano y, sin ella, los seres humanos morirían en pocos días. Todas las células y órganos dependen del agua para su funcionamiento. Además de servir como lubricante y componente de la saliva y los líquidos que rodean las articulaciones, el agua regula la temperatura corporal a través de la transpiración.

Al compararla con gaseosas, jugos comerciales o aguas saborizadas, hay que saber que todas estas bebidas aportan calorías de las llamadas «vacías». Es decir, que no vienen acompañadas por nutrientes como vitaminas o minerales, sólo aportan azúcar. Y, aun si estas bebidas fuesen reducidas en azúcar, presentan la desventaja de tener aditivos como colorantes o conservantes. Si, en cambio, se compara el agua con un jugo de fruta natural, en este último sí encontraremos nutrientes como por ejemplo la vitamina C, pero también acompañados por el azúcar natural de las frutas.

Ni hablar de las bebidas alcohólicas, las cuales, además de aportar calorías, pueden tener efectos nocivos para la salud si se consumen en exceso.

Incluso la soda, siendo la opción más parecida al agua, encuentra su desventaja en el hecho de tener gas. El gas puede producir distensión y, por ende, no ser la mejor alternativa para algunas personas.

El agua está siempre disponible, no es necesario que sea embotellada, mineral ni de manantial. Con abrir la canilla y tener acceso a agua segura, alcanza. Se recomienda que los adultos tomen entre 8 y 10 vasos de agua por día como mínimo. Mantenerse hidratado es fundamental ya que el agua es el medio en el cual se producen todas las reacciones biológicas esenciales para la vida.

Algunos beneficios del agua

• Suprime el apetito y ayuda al cuerpo a metabolizar las grasas. Beber un vaso de agua un rato antes de comer permite llegar con menos ansiedad a la mesa.
• Ayuda a retener líquidos. El beber más agua ayuda a su control. Cuando el organismo presiente que está deshidratado, se resiste a eliminar cada gota, así que se hincha. Si se bebe suficiente agua, el cuerpo elimina el exceso de agua.
• A menudo los dolores que parecen de hambre son verdaderamente signos de deshidratación, así que beber agua puede ayudar a eliminarlos.

La OMS recomienda consumir dos litros de agua al día. Sin embargo, muchas personas se quedan en litro y medio o hasta menos. ¿Lo recomendable? Entre 8 y 10 vasos por día.

Asesoró: Cecilia Antún (MN: 2.809) licenciada en nutrición y gerenta operativa de políticas alimentarias y nutricionales en las Estaciones Saludables del Gobierno de la Ciudad.