EL DESEO DE LOGRAR EL EMBARAZO EN EL PRIMER TRATAMIENTO, LAS DUDAS ACERCA DE LA COBERTURA SOCIAL Y LOS ALCANCES DE LA LEY DE FERTILIZACIÓN ASISTIDA SON LOS PLANTEOS MÁS COMUNES DE QUIENES CONSULTAN A UN ESPECIALISTA EN FERTILIDAD. RECOMIENDAN NO GUIARSE POR INFORMACIÓN QUE CIRCULA POR INTERNET Y ASESORARSE CON MÉDICOS ESPECIALISTAS PARA DESTERRAR MITOS Y EVACUAR DUDAS


Estrés, incertidumbre y falsas creencias, 3 enemigos que atentan contra un tratamiento de fertilidad

«El desconocimiento, la incertidumbre, las falsas creencias y el estrés son factores que pueden llegar a incidir sobre los resultados de los procedimientos». Así lo afirmaron destacados médicos y psicólogos que participaron de las 22° Jornadas Concebir, un encuentro anual para personas con trastornos de fertilidad organizado por la Asociación Civil Concebir y la ONG Sumate a Dar VIDA y auspiciado por la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMeR). Durante el mismo se abordaron los más diversos temas relacionados con la problemática de la salud reproductiva, pero el principal foco estuvo puesto en el impacto del estrés.

Las dudas sobre la cobertura social y los alcances de la Ley de Fertilización Asistida, el estrés por la situación, el deseo de lograr el embarazo en el primer tratamiento y el riesgo de padecer trombofilia fueron mencionados como los planteos más frecuentes que se formulan en el consultorio del especialista en técnicas de reproducción humana y en las reuniones en las asociaciones de pacientes.

 El estrés siempre está presente y puede influir en el resultado, por lo que es importante trabajar para disminuirlo

«No hay estudios que determinen en forma concluyente la incidencia del estrés sobre la fertilidad, pero sí se ha comprobado que cuando se inicia el camino de los tratamientos de fertilidad, el estrés inevitablemente aumenta, agravado también por la lucha por la cobertura de las prepagas y obras sociales, que desgasta y agota psicológicamente a los pacientes», afirmó la licenciada Mariana Thomas Moro, psicóloga orientada en reproducción humana y fertilización asistida de SAMeR y miembro del equipo de Psicología y Musicoterapia de la Asociación Civil Concebir.

Para Stella Lancuba, vicepresidente de SAMeR, «el estrés siempre está presente y puede influir en el resultado, por lo que es importante trabajar para disminuirlo». «Existen técnicas y medicinas alternativas eficaces para minimizarlo, que siempre serán positivas», agregó. En ese marco, para no generar mayor ansiedad y falsas creencias, tanto los especialistas como los representantes de asociaciones de pacientes recomendaron asesorarse con médicos especialistas para aclarar mitos y dudas, en lugar de buscar información en internet o participando en redes sociales.

Y tras asegurar que «frecuentemente la participación en redes o la búsqueda de asesoramiento por internet no hacen más que impactar negativamente sobre el estrés, causando desinformación y aumentando la incertidumbre», la especialista recomendó que «lo más efectivo es que los pacientes tengan un vínculo más cercano y constante con el equipo médico tratante».

Por su parte, Gisela de Antón, presidenta de la Asociación Civil Concebir, destacó la importancia de complementar ese vínculo acercándose a una asociación de pacientes para buscar asesoramiento y contención. «Las dudas más frecuentes que nos plantean las parejas cuando se acercan se asocian al desconocimiento y la incertidumbre alrededor de si lograrán el embarazo tras el primer tratamiento, los riesgos de padecer trombofilia o hasta qué sucede si se produce la gestación tomando determinados medicamentos. También vienen muy preocupados por la cobertura social y los alcances de la Ley Nº 26.862 de Fertilización Asistida, denominada de Acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de reproducción médicamente asistida, sancionada en 2013″.

 Frecuentemente la participación en redes o la búsqueda de asesoramiento por internet impactan negativamente sobre el estrés

Aunque hoy la información está más disponible, coincidieron en que aún es mucho el desconocimiento sobre el tema. «Desde los inicios, las técnicas de reproducción humana asistidas (TRHA) fueron muy resistidas por ciertos sectores de la sociedad y fue necesario el debate ético. Todo avance científico genera temores e incertidumbre y así sucedió en el campo que nos ocupa -subrayó Lancuba-. Estas técnicas disocian la sexualidad de la procreación e introducen la tecnología en la vida privada de las personas, lo que puede no resultar sencillo para los pacientes».

Durante las jornadas, se planteó la necesidad de hablar acerca de las ideas y pensamientos que los pacientes llevan a la consulta, ya que a veces están basados en mitos. «En ocasiones, es mucho el trabajo que hay que hacer para promover un espacio que permita indagar sobre qué creencias los respaldan y los sostienen», planteó Mariana Contreras, presidente de la ONG Sumate a Dar Vida.

«Por otro lado, por falta de conocimiento y otras por falta de comprensión, el entorno de la pareja a veces brinda consejos que involuntariamente pueden ser muy hirientes», sugirió Contreras. Tal es el caso de acotaciones como «están obsesionados con el tema, relájense, se van a embarazar», «dejen de pensar en el bebé, que ya va a venir» o «yo conozco una pareja que adoptó y después se embarazaron».

En consultas y talleres, también quedan evidenciadas, en líneas generales, las diferencias entre hombres y mujeres. Ellas se animan más a hablar de sus temores. En cambio, para el hombre, la infertilidad muchas veces es asociada a falta de virilidad, lo que genera intensos sentimientos de vergüenza o culpa.

«Años atrás, era frecuente que la mujer acudiera a la consulta médica sola y que el varón se hiciera estudios luego de haber descartado los factores femeninos», afirmó Lancuba, quien enfatizó que «ahora, el hombre acompaña y está muy integrado en las etapas diagnósticas y terapéuticas. Es cierto que el tratamiento de fertilidad puede implicar un mayor abordaje del cuerpo de la mujer, pero es importante lograr que los varones se integren todo lo posible en ese proceso».

En la consulta, también se escuchan frases como «hay mujeres que se embarazan a los 45», «llevo una vida saludable, no voy a tener dificultades», o «si ya tuve un hijo, podré tener otro». Para Lancuba, en estas afirmaciones hay algo de mito, también algo de verdad: «Llevar una vida saludable siempre es importante, pero no garantiza que no vaya a haber dificultades. El tabaquismo, el sedentarismo y la obesidad inciden negativamente tanto en la expectativa de vida como en la fertilidad, alterando mecanismos ovulatorios, implantatorios y de la calidad de los óvulos y de los espermatozoides».

Otra falsa creencia es que si se vitrifican óvulos, se está preservando la fertilidad a futuro. La vitrificación es una herramienta importante para quienes deban atravesar un tratamiento oncológico o para quienes eligen postergar la concepción. Sin embargo, preservar los óvulos no garantiza la fertilidad futura. «Pueden aparecer otras dificultades más allá de los óvulos que se vitrifican y eso hay que informarlo. Educar y capacitar a los pacientes es responsabilidad de todos los profesionales y es también uno de nuestros objetivos fundamentales desde Concebir», concluyó Thomas Moro.