UN RECIENTE ESTUDIO REALIZADO POR CIENTÍFICOS ESTADOUNIDENSES REVELÓ QUE LOS ENVASES DE LAS “FAST FOOD” CONTIENEN PRODUCTOS QUÍMICOS POTENCIALMENTE NOCIVOS PARA LA SALUD. CUÁLES SON LOS RIESGOS


Las peligrosas sustancias que ocultan los envoltorios de comida rápida

Muchos lo intentan quitar del menú semanal por las numerosas advertencias sobre posibles consecuencias negativas para la salud. Otros por complementar una rutina física. Pero el tentador sabor de las comidas rápidas pueden más, de modo que continúen siendo las preferidas de la mayoría. Encabezando el podio de los más complejos de evitar cuando se trata de llevar adelante una dieta sana, un nuevo estudio ofreció una nueva razón para comenzar a limitar su consumo.

Una investigación, publicada en la revista Environmental Science and Technology Letters, examinó más de 400 muestras de 27 cadenas de fast food en Estados Unidos, concluyendo que las envolturas de papel encerado que se utilizan para hamburguesas, papas fritas, tacos y pastas frecuentemente contienen productos químicos antiadherentes dañinos que pueden filtrarse a los alimentos.

Casi la mitad de las envolturas de papel encerado y el 20 por ciento de las de cartón -como cajas de papas fritas y pizzas- poseen flúor. Un alto contenido de ese elemento químico es utilizados en pinturas resistentes, utensilios de cocina antiadherentes y ropa impermeable. «Las envolturas para la comida Tex-Mex, postres y panes fueron las que más contenían flúor», se detalla en el informe.

El estudio no mostró ningún daño específico a la salud humana conocido hasta ahora por estar en contacto con estos productos químicos y a las sustancias polifluoradas (PFASs) de envolturas de alimentos. Pero sí alertaron que la exposición a estos tipos de químicos están asociados al cáncer, enfermedades de tiroides, inmunosupresión, nacimientos de bajo peso y reducción de la fertilidad.

«Estos químicos han sido relacionados con numerosos problemas de salud, así que es preocupante que la gente esté potencialmente expuesta a ellos en la comida. Especialmente, los niños están en riesgo por los efectos en el desarrollo de sus cuerpos, que es más vulnerable a estos químicos tóxicos», dijo Laurel Schaider, autora principal de la investigación.