UNA INVESTIGACIÓN AUSTRALIANA REVELÓ QUE INGERIR MÁS AGUA DE LO NECESARIO PUEDE “CERRAR LA GARGANTA” DE LAS PERSONAS, PROVOCANDO UNA IMPORTANTE RESISTENCIA CEREBRAL Y DAÑOS EN EL CUERPO. CLAVES PARA EVITAR UNA SOBREHIDRATACIÓN


Hidratación extrema: los riesgos de tomar agua cuando el cuerpo no lo pide

La sobrehidratación puede volverse un riesgo para los seres humanos. Lejos de la creencia popular, impulsada por la idea de muchos nutricionistas (tomar 8 vasos de agua por día), la posibilidad de pasarla mal bebiendo agua es real. Y con ella, la chance concreta de que el cuerpo sufra daños, especialmente en los riñones, según explicó una investigación australiana.

Un estudio de la Universidad de Monash (Australia) demostró que el cerebro tiene un mecanismo de defensa que se activa cuando se detecta que está ingiriendo más líquido del necesario. La investigación australiana consistía en registrar, mediante resonancia magnética, la actividad cerebral y el esfuerzo que implicaba beber agua en dos situaciones: con sed, después de hacer ejercicio intenso; y sin sed, después de haber consumido previamente grandes cantidades de agua.

Las pruebas cerebrales de la universidad australiana observaron, sin embargo, que en los casos del consumo excesivo, se efectuaba una hiperactividad prefrontal asociada a la inhibición del reflejo de deglución. Es decir, se producía la sensación de «cerrarse la garganta» y costaba hasta tres veces más esfuerzo tragar el líquido. El problema, no obstante, es que en ocasiones una persona no atienda la sensación de saciedad y siga hidratando su cuerpo, a pesar de que no lo necesite.

«Desde el punto de vista cardiocirculatorio o metabólico, beber más vasos de agua de los recomendados no debería suponer un problema grave porque el cuerpo lo filtra y elimina. No conozco patologías por sobrehidratación, salvo los casos graves de atletas y deportistas de élite que, si beben en exceso, mucho más de lo que el cuerpo puede asimilar, sí pueden sufrir fracaso cardiovascular», explicó el profesor e investigador español Luis Serra Majem, director de la Cátedra Internacional de Estudios Avanzados en Hidratación (CIEAH) de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomendó durante muchos años beber entre dos y dos litros y medio de agua a diario. No importa si una persona sale a correr dos veces por semana o si es un deportista de élite, la idea de respetar este número ha cautivado a muchos que deseaban bajar de peso, sin contemplar que sobrehidratarse también puede ser un problema.

«Se ha dado caso de atletas de maratón a los que se les ha recomendado sobrehidratarse y han fallecido, en ciertas circunstancias, por beber agua muy por encima de sus necesidades. En el estudio, por primera vez, comprobamos el esfuerzo que hacemos cuando bebemos en exceso, lo que significa que tenemos que superar algún tipo de resistencia cerebral», describió Michael Farrell, científico y coordinador de la investigación.

Hace algunos años, la doctora Margaret McCartney, oriunda de Glasgow (Escocia), sostuvo que la recomendación médica de tomar 8 vasos de agua diariamente es una «total insensatez».

En contrapartida con las conclusiones de esta investigación, la médica especialista en nutrición Mónica Katz le aseguró que «existe mucha evidencia de que beber agua ayuda a perder peso». Y explicó que esto se debe a diferentes mecanismos: «Ingerir mucho líquido diluye la sangre y esto genera una respuesta de adrenalina que aumenta el gasto energético. También aumenta la dopamina, la hormona del placer, y la recompensa. Además, consumir líquidos fríos provoca que el organismo necesite aumentar la temperatura corporal y esto gasta calorías extra».

«Si simplemente hacemos lo que nuestro cuerpo nos exige, probablemente lo haremos bien. Tenemos que beber según la sed que tengamos, en lugar de hacerlo por un calendario elaborado», concluyó Michael Farrell.