OCURRIÓ EN EZPELETA. EL JOVEN POLICÍA JOSÉ ZURITA RECIBIÓ CINCO DISPAROS EN LA ESPALDA POR PARTE DE DELINCUENTES Y MURIÓ MINUTOS DESPUÉS DE CAER HERIDO EN UN COMERCIO DE LA ZONA. TENÍA UNA HIJA PEQUEÑA


«¡Aguantá, por favor!»: la agonía de un policía acribillado en la puerta de un supermercado

Las inmediaciones de la estación de tren de Ezpeleta fue el escenario de un nuevo hecho trágico en la provincia de Buenos Aires. Un joven policía murió acribillado de cinco balazos justo después de intentar frustrar un asalto a un comercio de la zona.

Se trata de José Zurita, un efectivo de 27 años de la policía local, quien agonizó y murió desparramado en el suelo de un supermercado con cinco tiros recibidos en su espalda.

Los disparos se escucharon poco después de las 21 del domingo en el cruce de la avenida San Martín y Chile. Zurita aguardaba la llegada del colectivo para iniciar su jornada laboral. En un momento, observó a dos individuos dentro de un auto (se cree que era un Renault 9 gris) con actitud sospechosa.

Justo cuando se acerca al vehículo, sin mediar palabra uno de los hombres responde con un disparo.

El tiro alcanzó al policía, quien intentó como pudo refugiarse en un lugar cerrado; fue así que justo en el momento que ingresaba al supermecado, fue impactado por otros cuatro balazos.

El hombre cayó al suelo y agonizó durante varios minutos hasta que llegó una ambulancia. Por su parte, los delincuentes se dieron a la fuga.

Justo después de que el policía cayera al suelo, uno de los empleados del supermercado filmó con su teléfono lo sucedido. Las imágenes muestran a un cliente llamando al 911 y pidiéndole a Zurita que aguante, ya que la asistencia médica estaba por llegar.

Allí, los testigos constataron que el efectivo policial no contaba con chaleco antibalas, lo que, de haberlo vestido, le habría servido para salvarle la vida.

De acuerdo a los testigos, la ambulancia tardó nada menos que 45 minutos en llegar para socorrer a la víctima.

Zurita estaba casado y tenía una hija pequeña. Antes de sumarse a la policía, había sido catequista y misionero.